Nutria paleártica (Lutra lutra).Imagen proveniente de: http://www.osodeasturias.es/cuaderno-de-campo/lutra-lutra/
En esta entrada se muestra la guía de indicios de la nutria paleártica (Lutra lutra) del SECEM, incluyendo fotografías e información adicional, podéis descargar el PDF original en la parte inferior.Huellas:
La nutria tiene extremidades anchas, con cinco fuertes dedos unidos en casi toda su longitud por una membrana bien desarrollada y rematados por cortas uñas (hasta 5 mm), que se van haciendo romas con la edad. Sus huellas son de forma general redondeada (figura 1), grandes (ver tabla 1) y fáciles de encontrar en substratos húmedos junto a cualquier tipo de cuerpo de agua.
Tabla 1. Tamaño (en mm) de las huellas de manos y pies de la nutria, excluida la uña. (medias ponderadas de 19 rastros localizados en Huelva, Sevilla y Cádiz). |
Figura 1. Huellas de la nutria. A la izquierda, pata anterior izquierda, a la derecha, pata posterior izquierda (dibujo M. Clavero). |
En ambas extremidades la nutria marca los cinco dedos, si bien la impresión del dedo interno (pulgar) aparece más frecuentemente en las huellas de las manos que en las de los pies. Sobre terrenos duros, las almohadillas digitales son ovaladas o redondeadas. Sobre el barro o la nieve suelen aparecer unidas a las marcas de las uñas, presentando el conjunto un característico aspecto de lágrima.
En contra de lo que a menudo se dice, la membrana interdigital raramente deja marca, y sólo puede apreciarse en los substratos más blandos y finos. Las almohadillas intermedias tienen forma trapezoidal con dos lóbulos en la base, de los cuales el exterior es algo mayor. Alrededor de ellas se disponen las almohadillas digitales, quedando la correspondiente al pulgar (claramente la más pequeña) algo retrasada con respecto al resto.
Los dedos de la nutria son bastante móviles, por lo que su posición relativa respecto a la almohadilla intermedia es muy variable. Las huellas de las manos presentan a menudo la impresión de un nítido talón, de forma redondeada y desplazado hacia la zona externa de la huella. Ocasionalmente, en huellas muy bien impresas, la almohadilla intermedia de los pies puede también presentar una prolongación en forma de talón poco definido y más corto que el de las manos.
Las huellas de nutria pueden ser confundidas con las de lince ibérico cuando no queda marca del pulgar, ni de uñas, ni del talón. Es frecuente confundir las huellas de crías de nutria con las de garduñas, visones o turones , pero la longitud total de la huella de las jóvenes nutrias al abandonar la madriguera (superior a 5058 mm) suele ser mayor que la de estos mustélidos.
Rastros:
Como en la mayor parte de los mustélidos, son muy variados, y cambian constantemente, producto de los continuos cambios de ritmo y dirección, así como de sus saltos, entradas y salidas en el agua. Los rastros mas frecuentes son el trote y el galope lateral.
Figura 2. Esquema de los tipos de rastro dejados por la nutria que se encuentran con más frecuencia en el campo. |
En ocasiones puede dar lugar a un curioso tipo de rastro, en el que las cuatro huellas forman una línea diagonal (figura 2).
En el galope lateral los grupos de cuatro huellas que forman cada paso también se disponen formando una línea oblicua respecto a la trayectoria del animal. Dentro de esta categoría se encuentran rastros con una gran variación en la distancia de avance.
Nosotros hemos clasificado el galope lateral como corto o largo en función de que el primer pie (en el sentido de avance) quede ligeramente por detrás o a la misma altura que la segunda mano (galope lateral corto) o claramente por delante de ésta (galope lateral largo, figura 3).
El salto es un tipo de rastro menos frecuente en el que las huellas aparecen en grupos de dos (manos y pies). Las nutrias normalmente se desplazan a saltos sobre nieve blanda y profunda o barro muy blando. Pueden saltar hasta 130 cm de altura y 160 cm de longitud. Es habitual que las nutrias pasen con mucha frecuencia por un mismo lugar. En estos lugares se forman grandes acumulaciones de rastros, cuya individualización resulta compleja.
Excrementos:
La nutria defeca decenas de veces al día, ya que el marcaje con excrementos tiene una importante función social. Por ello los excrementos son extremadamente variables en tamaño. Sin embargo son fáciles de identificar atendiendo a su localización, su contenido y su olor característico.
La nutria suele depositar sus excrementos en lugares prominentes cercanos al
agua o sobresaliendo de ella (sobre piedras o rocas, bajo puentes u otras estructuras, sobre azudes, en confluencias de cursos de agua, sobre troncos, en cuevas, en grietas, en playas de arena o sobre montones de hierba elevados,...).
Determinados lugares son utilizados para defecar durante generaciones, acumulándose en ellos cientos de excrementos (hemos encontrado más de 300 en varias ocasiones). Letrinas de más de 25 excrementos o áreas de alta densidad de letrinas y excrementos se asocian normalmente con madrigueras de cría, zonas utilizadas por hembras con crías o lugares importantes por el alimento.
El tamaño de los excrementos va desde pequeñas marcas de poco mas de 1 cm, hasta masas cilíndricas de más 10 cm de longitud y 2 cm de diámetro. Los excrementos suelen ser cilíndricos y algo retorcidos (figura 3).
Figura 3. Excremento de nutria con restos de peces y crustáceos. Para más información: http://huellasybichos.blogspot.com/2012/02/nutria-lutra-lutra.html |
En ellos encontraremos frecuentemente huesos y escamas de peces y piezas del exoesqueleto de cangrejos de río. También pueden aparecer huesos de anfibios, restos de reptiles (piel de culebras, placas de galápagos,...) y pequeños artrópodos (insectos, camarones). Raramente restos de aves y mamíferos, mientras los restos vegetales son resultado de un consumo accidental (nunca aparecen, por ejemplo, semillas de frutos carnosos). Además, en el 32,9% de 632 excrementos recogidos en el Prepirineo catalán, había pelos de nutria.
El olor desprendido por los excrementos de nutria es intenso, dulzón (relativamente agradable) y con un inconfundible parecido al del pescado o al del marisco (frecuentemente se diría que “no parece el olor de una caca”). Este aroma se mantiene aún en excrementos viejos, si bien su intensidad se va reduciendo (tomando cierto olor a polvo). Los excrementos con restos de reptiles pueden tener un olor más desagradable, mientras que los depositados en zonas muy húmedas o en lugares cerrados pueden desprender un desagradable olor a amoniaco.
El color de los excrementos es muy variable y tiene relación con el contenido de los mismos y su edad. Los que contienen restos de peces, anfibios o reptiles suelen ser negruzcos, grisáceos, o de tonos verdosos oscuros. Los excrementos compuestos por restos de cangrejo rojo cuando están frescos son
de un intenso color rojo. Con el paso del tiempo van tornándose mas claros (blancuzco, gris claro, amarillento o verde oliva) y los que contienen restos de crustáceos toman apariencia papirácea.
Los excrementos de crías amamantadas pueden ser amarillentos, con una apariencia grumosa. La textura de los excrementos pasa de ser pastosa y algo líquida cuando son recientes, a rígida y quebradiza cuando envejecen. Son rugosos y ligeramente punzantes debido a los restos de espinas, vértebras, dientes y escamas, que dan al excremento un aspecto “desordenado” (figura 3).
Además de los excrementos las nutrias producen otros tipos de señales. Algunas marcas consisten en pequeñas manchas circulares oscuras de aspecto oleoso, adheridas a piedras o rocas. Este aceite tiene dos funciones: lubricar el excremento para facilitar la expulsión de elementos punzantes como las espinas sin lesionar el intestino y transmitir información a sus congéneres a través de feromonas.
También son típicas de la especie las gelatinas anales, que suelen producirse cuando una nutria ha estado sin comer más de 20-24 horas. No contienen restos de presas, y son generalmente verdosas o amarillentas, aunque el color puede variar bastante.
Gelatina anal de nutria junto a excrementos de distinta composición. Para más información: http://cuadernodecampo-esmeralda.blogspot.com/2018/07/gelatina-de-nutria-lutra-lutra.html |
Cualquier lugar en el que se pueda introducir o acurrucar una nutria puede ser un encame o una guarida, ya que, salvo durante la reproducción, suelen cambiarlos casi diariamente. Pueden descansar o dormir entre las eneas o los juncos, entre las ramas de los sauces, entre las zarzas, en acumulaciones de vegetación arrastrada por las riadas, entre las rocas, en cuevas, en agujeros en la tierra con la entrada tapada por la hierba, en molinos, en agujeros en la base de puentes, en las raíces de árboles, e incluso en madrigueras cavadas por otros mamíferos.
La nutria puede utilizar guaridas con entradas realmente pequeñas, aunque la anchura o altura debe ser superior a los 15-20 cm. Es difícil detectar estos refugios a no ser por la presencia de excrementos y de huellas dirigiéndose hacia ellos. En un estudio realizado en Castellón, Juan Jiménez encontró una distancia media a la orilla de 19,8 m y a una altura media sobre ésta de 3,0 m (n=52), aunque un 67,3% estuvieron a menos de 5 m del agua y un 69,2% a menos de 1 m sobre ella.
Las madrigueras con crías a veces están bastante alejadas de la orilla. Cinco parideras encontradas en el noreste ibérico se encontraron a un promedio de 53,4 m de la orilla, oscilando entre 2 y 249 m (aunque 3 estuvieron a menos de 5 m). Estas madrigueras suelen situarse entre grupos de grandes bloques de rocas, en zonas con abundante vegetación helofítica o en grandes marañas de vegetación con zarzas.
Suelen encontrarse sendas que se acercan a varias entradas. La nutria hace un nido entre la vegetación helofítica (aplastándola y formando un cuenco, del mismo modo que un ave) o bien lo construye en el interior una madriguera con hierba o ramitas entretejidas y aplastadas, o con barro y restos vegetales.
El diámetro interior de los nidos osciló entre 25 y 40 cm (datos procedentes de dos nidos de nutrias salvajes encontrados en Lleida y de tres camadas nacidas en cautividad en el centro de Pont de Suert, Lleida). En ellos había abundante pelo y borra. Cuando salen las crías de las madrigueras (a los 2-3 meses de edad) suelen encontrarse letrinas grandes, restos de alimentación o incluso presas no comidas o abandonadas rápidamente y muchos rastros, especialmente en las antesalas de entrada a las madrigueras principales. No es raro encontrar pequeñas terrazas (sobre piedra o tierra), con o sin vegetación aplastada, donde sestean las crías. Estas madrigueras suelen ser utilizadas durante generaciones.
Restos de alimentación:
Peces: La nutria ingiere enteros peces pequeños y medianos, pero suele devorar solo parcialmente los peces mas grandes, abandonando junto al agua cabezas, huesos de la boca, dientes faríngeos o columnas vertebrales. Cuando además se trata de especies con escamas grandes (como carpas o mugílidos) pueden aparecer restos de haber desescamado al pez. No es raro que la nutria que abandone las huevas de las hembras de ciprínidos o de salmónidos, debido a su sabor desagradable.
Cangrejos: es frecuente hallar pinzas e incluso el cefalotórax completo abandonado por el mustélido, que consume preferentemente la región abdominal de estos animales.
Anfibios: cuando consume sapos comunes la nutria previamente los despelleja, evitando así ingerir las substancias tóxicas e irritantes que éstos segregan por la piel. El despellejamiento se inicia en la zona ventral, desde donde la nutria saca la piel del sapo como si se tratara de un guante, quedando ésta vuelta del revés. En el campo suele encontrarse la piel vuelta unida al cráneo, que normalmente permanece intacto. A veces se encuentran también cabezas, patas aisladas, vísceras y cordones de huevos abandonados junto a los cadáveres, que al contener substancias tóxicas tampoco son consumidos.
Reptiles: cuando ocasionalmente depreda sobre galápagos grandes (los galápagos más pequeños los devora completamente), únicamente consume las partes expuestas (cabeza, patas, cola), por lo que es posible encontrar cadáveres mutilados por el mustélido. En alguna ocasión podemos encontrar alguna culebra a medio comer.
Dos sapos ibéricos (Bufo spinosus) despellejados por una nutria. Para más información: http://entrepinosysembrados.blogspot.com/2019/10/la-nutria-huellas-rastros-y-senales.html |
Otros indicios:
Escarbaduras o rascaduras: Agujeros pequeños y poco profundos en los que a menudo el animal deposita uno o dos excrementos.
Resbaladeras: En ocasiones la nutria usa de forma continuada pendientes pronunciadas para deslizarse hasta el agua, dejando marcado el recorrido en forma de tobogán.
Sendas: Es un tipo de rastro muy frecuente y muy poco conocido. Son sendas de 1525 cm de anchura que aparecen entre la vegetación helofítica, la hierba o bajo matorrales de ribera cuando utiliza las mismas rutas para entrar y salir del agua o para desplazarse a lo largo de las orillas. Estas sendas discurren también por la base de cortados rocosos o de tierra, tras la vegetación de ribera, encontrándose a menudo excrementos en las piedras que las rodean.
Para descargar el PDF original del SECEM podéis ir a: http://www.secem.es/wp-content/uploads/2014/08/01_Lutra_lutra_web.pdf